A estas alturas, todos hemos visto miles de creaciones diferentes con pañales... desde la típica tarta, hasta castillo, caracoles, motos... no sé, yo he intentado crear casi de todo, a veces con éxito y otras no tanto.
Aun así, hoy me apetecía subir unas fotos que me he encontrado trasteando por mi ordenador de una batería de pañales que hice hace tiempo, a petición de mi madres, para regalarle a una amiga suya que acababa de ser mami:
Esta batería como veis es muy sencillita y se compone de:
- Unos cuantos pañales
- Un babero
- Un peluche
- Un par de calcetines
- Un par de bodies
martes, 27 de junio de 2017
martes, 20 de junio de 2017
MANUALIDADES: Animales varios de ganchillo
Hoy quiero enseñaros algunas creaciones más de las que va haciendo mi madre. Empezó haciendo fundas para cojines o cualquier cosa cuadrada o redonda, como mantas o calentadores, sabiendo hacer únicamente un tipo de punto.
Poco a poco eso ha ido cambiando y ha ido ampliando mucho la variedad de sus creaciones, y como siempre, con la práctica uno mejora y mucho.
Seguro que aun puedo recuperar algunos de sus primeros amigurimis y subir aquí las fotos para que veais el gran cambio que han dado y lo cierto que es que para lograr algo sólo hay que ponerle esfuerzo y al final vemos los resultados.
martes, 13 de junio de 2017
DEPORTE: Ejercicios para hacer en casa
Una de mis muchas aficiones es el deporte. Me gusta ir en bici, salir a correr, jugar a basquet e incluso hacer algunos ejercicios en casa. Soy muy dada a buscar rutinas que hacer en casa, rutinas para coger más fondo corriendo, etc. y hoy he decidido compartir la que podría ser una rutina sencilla para hacer ejercicios en casa (al final os dejo un dibujo de cada ejercicio):
DÍA 1:
15 saltos de tijera
10 step en silla
3 flexiones
10 abdominales
10 segundos plancha
DIA 2:
18 saltos de tijera
4 tríceps en silla
10 sentadillas
10 perro de caza (5 de cada lado)
15 segundos plancha
DÍA 3:
22 saltos de tijera
12 escala de montaña (6 por cada lado)
12 zancadas laterales (6 por cada lado)
4 flexión y rotación (2 con cada brazo)
20 segundos plancha
DÍA 4:
Descanso
DÍA 5:
4 flexión sobre pared
4 flexiones
12 abdominales
12 sentadillas
25 segundos plancha
DÍA 6:
4 flexiones
15 abdominales
15 sentadillas
20 perro de caza (10 por cada lado)
30 segundos plancha
DÍA 7:
30 saltos de tijera
5 tríceps en silla
20 perro de caza (10 por cada lado)
20 zancadas laterales (10 por cada lado)
80 segundos plancha con brazos estirados
EJERCICIOS:
1. Saltos de tijera
3. Flexiones
4. Abdominales
5. Plancha
6. Tríceps en silla
7. Sentadillas
8. Perro de caza
9. Escalada de montaña
10. Zancadas laterales
11. Flexión y rotación
12. Flexión sobre pared
13. Plancha con brazos estirados
martes, 6 de junio de 2017
RELATO: Percepción - Capítulo 3
15.03.2017 – Supermercado Carrefour
Abro mi taquilla, deseando coger mis cosas y salir pitando de aquí. Carlos mañana no trabaja, así que imagino que vendrá a recogerme y podremos pasar la noche juntos.
Saco el móvil de mi bolso y veo
que tengo un mensaje suyo. La piel se me eriza sólo con pensar en él. Deseo
tanto verlo y notar sus brazos alrededor de mi cuerpo que los minutos que me
faltan para verlo se me hacen eternos.
“Hola amor, estoy en el descanso de media tarde y estoy molido, los pies me matan y tengo unas ganas horribles de estirarme en la cama a descansar. Si no me quedo dormido antes de que salgas de trabajar te escribo para ver qué hacemos luego, pero no prometo nada. Un beso guapa.”
Desilusión. Eso es lo que recorre mi cuerpo ahora mismo. Ningún mensaje más. Su hora de última conexión coincide con la hora en la que salía de trabajar. Tenía tantas ganas de verlo y de estar con él que no estaba pensando en lo cansado que va últimamente. Pobre, aunque ya ha terminado la temporada alta, están a tope de faena y no para en todo el día. ¡Además esas botas del trabajo le están destrozando los pies!
Bajo las escaleras y atravieso la línea de cajas, me despido de mis compañeros y salgo a la calle con alguna pequeña esperanza de encontrar su coche parado en doble fila delante del supermercado. Me paro, miro a ambos lados de la calle, pero nada. Hay algunos coches, pero ninguno el que espero.
Agacho la cabeza y empiezo a caminar hacía la boca del metro, mientras saco el móvil de mi bolsillo y le escribo un mensaje a Berta: “Se ha dormido, así que me voy a casa a descansar”.
15.03.2017 – Salida CETR
Faltan 15 minutos para el final de mi turno. Empiezo a caminar poco a poco hasta el área de personal. Con un poco de suerte, si voy con calma y no me para ningún cliente, llegaré justo a tiempo para coger mis cosas de la taquilla y salir corriendo para casa.
Ya en la puerta, me encuentro con Jose que también termina ahora. Entramos los dos juntos a recoger nuestras cosas mientras sigue hablándome de la misma historia que a la hora de comer:
“Silvia está en la puerta”
¿Silvia? ¿Quién es Silvia?, me pregunto mientras habla, y sin darme tiempo a abrir la boca continúa su relato.
“Silvia… la de ayer, de la que te hablaba antes. No sé. Es maja. Siento que por fin he encontrado a quien buscaba. Sé que siempre te digo lo mismo, pero no sé, con ella me siento diferente. Iremos ahora a tomar algo y luego al cine, supongo. ¿Te vienes a tomar una cerveza y te la presento?”
“No sé. Siempre haces lo mismo con todas, la conoces, te parece simpática, quedas otra vez con ella y cuando consigues llevártela a la cama te olvidas. Empieza a darme hasta pereza imaginármelo.”
“De verdad que con esta es diferente”, dice. Yo ya no sé si creérmelo. En verdad, es algo que no me importa demasiado, sea como sea, es su vida y mientras a él le vaya bien, por mi perfecto, pero no tengo ganas de estar en medio de sus líos.
Pienso esto mientras nos dirigimos a la puerta de salida. Él, mientras, sigue hablando de Silvia una y otra vez. Sigue contándome lo mismo uno y otra vez. Hoy es Silvia, mañana será Ana y pasado será Sandra. La gente no cambia, esto será siempre así.
“Mírala. Es ella.”
Sin demasiado interés, alzo la cabeza y miro hacía donde me indica y me encuentro con una chica no muy alta, con el pelo largo y moreno, algo rizado, pero muy natural. Se ha levantado un poco de viento y su pelo ondea, mientras ella intenta mantenerlo bajo control con una mano. Tiene una silueta bonita. Es delgada, pero no en exceso. Viste una chaqueta de piel granate con un pantalón negro ajustado, tan ajustado que me permite ver lo bien formadas que tiene las piernas, forma que delata el cuidado que tiene con su cuerpo, el entrenamiento que hace. Se da la vuelta y veo a una chica espectacular. Lleva un maquillaje sutil, con los labios pintados de rojo oscuro, casi a juego con su chaqueta. Tiene una cara fina, casi inocente. Es preciosa. Mira a Jose, sonríe y levanta la mano para saludarle.
“¿Qué te parece? Es guapa, ¿no?”
De mi boca no salen palabras. Avanzo junto a él hasta donde se encuentra Silvia. Me la presenta y me da dos besos. Y siento que por primera vez en mi vida las palabras salen con dificultad, por un momento siento que he perdido mi don de gentes, mi facilidad para entablar conversación y escucho salir de mis labios un recurrente “¿Qué tal niña?”
Jose vuelve a insistir en que vaya con ellos a tomar algo, a mí y a algún compañero más que va saliendo tras nosotros al terminar también su turno. Sin decir palabra, observo a los otros y termino siguiendo al grupo. Por momentos voy olvidando mi cansancio, mi dolor de pies y de Lidia. “¡Ay, Lidia! ¡Debo mirar a ver si me ha escrito!”, pienso, mientras saco el móvil del polar y compruebo que no hay ningún mensaje nuevo.
Avanzo detrás de mis compañeros hacia el bar, mientras mi mirada se pierde en el vaivén de las caderas de Silvia, en el pequeño respingo que dan sus nalgas a cada paso, en el movimiento ondeante de su pelo, en su manera de apartarlo delicadamente de su cara…
Una vez en el bar nos sentamos todos en una mesa que hay libre en el rincón junto a la ventana. Jose intenta que Silvia se meta en la conversación, que no se sienta fuera de lugar, pero poco tiene que ver con nosotros. Además sus ojos demuestran timidez, se siente cortada ante nosotros y no sabe bien bien qué decir. Pero cada vez que habla mis ojos se posan en sus labios, en eses color rojo oscuro sutilmente humedecido.
Jose me despierta de mi sueño, recordándome lo extraño que resulta que aun no haya abierto la boca. Finjo que es por el cansancio, pero siento que podría pasarme horas mirando esos labios sin decir ni una sola palabra. Y de hecho, es así como transcurren las siguientes horas…
martes, 30 de mayo de 2017
MANUALIDADES: Baberos de punto de cruz
Si la semana pasada os enseñaba algunas de las creaciones que hace mi madre de ganchillo, hoy he decidido enseñaros alguna de las mías... nada que ver con lo de ella, ni con el cuadro que regalé en la boda de una amiga.
Hoy os traigo uno de los modelos de baberos que más he estado haciendo últimamente:
Tienen buen tamaño para niños que ya empiezan a comer solos, y me resultan atractivos por lo sencillos que son.
Hoy os traigo uno de los modelos de baberos que más he estado haciendo últimamente:
Y ahora un poco de detalle de los dibujos y las letras:
Tienen buen tamaño para niños que ya empiezan a comer solos, y me resultan atractivos por lo sencillos que son.
martes, 23 de mayo de 2017
MANUALIDADES: Las creaciones de la mama
Supongo que mi afición a las manualidades y a la lectura es algo que arrastro de mi madre. Recuerdo desde siempre ver a mi madre leer cada noche antes de irse a dormir y dedicar un ratito a algunas manualidades siempre que podía.
Las manualidades de mi madre y las mías no tienen nada que ver. Ella se anima con el ganchillo, cuando yo soy incapaz de hacer un cuadrado o una redonda.
Así que hoy os dejo una muestra de alguna de sus primeras creaciones, estos graciosos pulpos:
Las manualidades de mi madre y las mías no tienen nada que ver. Ella se anima con el ganchillo, cuando yo soy incapaz de hacer un cuadrado o una redonda.
Así que hoy os dejo una muestra de alguna de sus primeras creaciones, estos graciosos pulpos:
martes, 16 de mayo de 2017
MANUALIDADES: Regalo de boda
Esta semana pasada se casó una de mis mejores amigas, y siempre me gusta tener un detallito con los novios por pequeño que sea. Era una boda sencilla y de pocos invitados, pero me sentí muy agradecida por estar entre ellos y quise colaborar con mi pequeño granito de arena.
Como siempre me ha gustado hacer trabajos manuales y la idea de entregar un sobre con algo de dinero no me atrae en absoluto, busqué algunas ideas por internet, y al final esto es lo que salió:
La verdad es que buscando por internet encontré miles de ideas bonitas, pero teniendo en mente la idea de hacer algo sencillo y elegante que luego pudieran ubicar en cualquier rincón de su casa, esto me pareció una idea bastante acertada.
Ahora sólo espero que a ellos les gustara tanto como a mi. Y sino que piensen que por lo menos está hecho con todo el cariño del mundo.
martes, 9 de mayo de 2017
RELATO: Percepción - Capítulo 2
15.03.2017 – Comedor personal CETR
Por fin, un descanso decente. Necesito
sentarme y reposar. Tengo los pies molidos de recorrerme tantas veces el centro
de punta a punta. Me duele la cabeza de escuchar las quejas y reclamaciones de
los visitantes. Estoy asqueado con el calor que está haciendo estos días, y
miedo me da pensar que sólo estamos en marzo.
Aunque reconozco que este trabajo
tiene sus cosas buenas. Aquí puedo usar mis dotes de relaciones públicas y
conocer a mucha gente diferente y muchos extranjeros con los que practicar
idiomas y con los que a veces me río con sus ocurrencias.
Me dirijo tranquilamente hacía el
comedor, donde me encuentro con el resto de compañeros. Esto también es una
parte buena del trabajo. Somos un equipo de gente joven, con la que he hecho
muy buenas migas y con los que quedar de vez en cuando para tomar algo.
Echo un vistazo general a ver a
quien me encuentro y no veo a Alejandro por ningún lado. Si no recuerdo mal,
hoy tiene el mismo turno que yo, así que no debería tardar en aparecer por el aquí.
Alejandro es el encargado de mi
grupo. Un tío responsable, simpático y agradable, aunque un poco raro y con el
que a veces me cuesta un poco mantener una conversación distendida.
El otro día, escuche a algunos
del grupo C, comentar la existencia de un cargo de nueva creación para el que
no era necesario tener más de un año de antigüedad en la empresa para acceder.
No sé muy bien de que se trata, sólo sé que habría que gestionar parte del papeleo
que ronda por aquí, lo cual implica estar menos horas de pie aguantando a las
visitas, pasando calor o frío según la temporada del año en la que estemos.
Alejandro, como encargado, seguro
que sabe algo del asunto y debería poder sonsacarle un poco de información para
irme adelantando y prepararme en lo que sea necesario y así poder ir con
ventaja respeto al resto de compañeros.
Mientras pienso esto, saco mi
fiambrera de la mochila y la abro antes de calentarla para descubrir que manjar
voy a degustar hoy. Menos mal que el día empieza a mejorar, es un trozo de
lasaña casera, la especialidad de mi madre. No hay plato hecho con más amor y
más cariño que éste, le queda espectacular. Sin duda mi plato favorito.
Antes de volver a la mesa, vuelvo
a echar un vistazo al resto de personal, a ver si por una de esas aparece
Alejandro, pero no hay suerte. Me siento y empiezo a degustar mi exquisita
comida junto al resto de compañeros del grupo, cuando llega Jose y se sienta
enfrente de mí y empieza a explicarme sus historias diarias. Es un chico alto y
majo, en general, las chicas lo consideran atractivo. No es que me fije
especialmente en el sexo masculino, pero tanto ver como todas las chicas y
mujeres que trabajan aquí suspiran cada vez que pasa delante de ellas, me ha
hecho mirarlo dos veces.
A simple vista, no parece nada
especial. Alto sí. Pero ojos marrones, pelo castaño, cuerpo algo atlético, pero
no demasiado y algo simpático, pero tampoco nada del otro mundo. Observo su
comida, una ensalada con pollo, lechuga, tomate y poca cosa más. No sé cómo no
se muere de hambre. Nada que envidiar.
“Al final ayer quedé con aquella que te dije que conocí por internet,
es bastante guapa y muy simpática. El rato que estuvimos juntos me pareció que
conectábamos muy bien, pero claro, la cosa no fue a más. Parece tímida, aunque
tampoco demasiado, ya que accedió hoy a volver a vernos… creo que la invitaré
al cine. Por lo que me explicó ayer tenemos bastantes cosas en común…”
Después de tantas historias llega
un punto en el que desconecto, siempre es lo mismo: conoce a una chica, siempre
es guapa y simpática, siempre tienen algo en común, siempre conectan, siempre
acierta, nunca le sale ninguna cita rana… luego se las tira y se olvida de
ellas, siempre sale algún defecto que antes no había visto y vuelta a empezar.
Qué pereza. Yo no valdría para eso. Lo bonito es cortejarla como una dama,
ganártela poco a poco hasta tenerla a tus pies. El resto va rodado.
Termino de comer y saco el móvil.
Lidia me ha escrito muchísimo. Qué pereza leer toda esa parrafada…
“Buenos días amor. Hoy me he levantado muy feliz, no sé por qué, pero
me siento muy feliz y muy positiva. Tengo buenas vibraciones. Seguro que hoy
puedes hablar con Alejandro y conseguir ese puesto que tanto te mereces. Claro
que sí.”
Si… lo conseguiría si pudiera
hablar con él, pero llevo días sin coincidir con él en ningún momento, y mira
que lo intento, necesito un encuentro casual, para no parecer interesado, pero
no consigo provocar ese encuentro… sé que lo haré, sé que conseguiré esa
información y sé que conseguiré ese puesto si me lo propongo, pero aun no he
coincidido con él.
“… tengo ganas de que
llegue el día en que pueda despertarme a tu lado y darte los buenos días en
persona. Eso me haría muy feliz. Compartir nuestra vida uno al lado del otro…
todos los días…”
A veces pinta las cosas de tal
manera que parece que vivamos en un cuento, a veces parece que viva en un mundo
de color rosa. Quizá se cree que con nuestro sueldo podemos aspirar a algo, y
en verdad no, no podemos vivir juntos, nos moriríamos de asco. Pero por otro
lado, como odio tener que volver a casa de mis padres cada noche…
“…He pensado que
podríamos comenzar a mirar pisos y así cuando te den el ascenso ya lo tenemos
prácticamente decidido, ¿no te parece? Espero que tengas un buen día ¡Te
quiero!”
Suspiro y pienso en cómo decirle
las cosas delicadamente. A veces es tan inocente que si le digo las cosas tal y
como las pienso le haría daño. Tengo que meditarlo todo un poco y ser suave con
mis palabras, tener un poco de tacto.
Quizá la vida a su lado
resultaría más fácil que junto a mi madre, pero no sé si estoy dispuesto a
cambiar las peleas con mi madre por las peleas con Lidia, con sus lloros, y su
manera de hacerme sentir mal. Es tan sensible que no sé hasta qué punto podría
llevar bien la situación. Por otro lado está el tema del dinero, entre el
alquiler, el móvil, el coche, la comida… me da la sensación de que los gastos
van a ser demasiados y no vamos a poder vivir cómodamente y eso nos llevaría a
más discusiones y más malestar.
“Hola amor, mi día
está siendo un poco raro… Empieza a hacer calorcillo y además hay muchísimas
faena, ¡no damos abasto! A ver si cuando tenga un ratillo libre puedo mirar a
ver a qué precio están los pisos y vamos decidiendo cuales queremos ir a ver.
Un beso, cariño, yo también te quiero.”
Sé que con eso es imposible
hacerle daño. Podemos mirar. Podemos hacer números y así verá que es imposible
que nos mudemos juntos. Hay que esperar.
15.03.2017 – Salida del supermercado Carrefour
“¡Hasta luego guapas!”
Miro la hora y veo que salgo bien
de tiempo. Voy caminando tranquilamente hasta el parque que he quedado con
Berta. Hace días que no la veo y me apetece hablar con ella. A veces me sabe
mal explicarle mis cosas, porque pobrecita, ella aun lo está pasando mal
después de descubrir que su ex le era infiel, y no me extraña, es un palo lo
mires como lo mires. Y más a ella, con lo buena persona que es. No se lo
merece.
Saco el móvil y veo que Carlos me
ha escrito. Qué bien. No está del todo a gusto en su casa y tiene ganas de que
nos miremos algo juntos, y creo, que como yo, siente que ha llegado el momento.
Ya tenemos una edad, y tenemos que empezar a organizar nuestra vida en común,
porque el tiempo ya empieza a jugar en nuestra contra si queremos asentarnos
primero, casarnos y después por fin formar una familia.
Pero por mucho que me emocione la
idea de formar una familia a su lado, soy consciente de que tenemos que hacer
las cosas paso a paso y poco a poco. Por eso me alegra tanto pensar que al fin
vamos a empezar a buscar nuestro hogar. Por fin vamos a tener nuestro sitio y,
por supuesto, estoy deseando contárselo a Berta.
En algunos momentos, cuando estoy
con ella, me corto un poco al explicarle lo bien que me van las cosas con
Carlos, porque no quiero que piense que se lo estoy restregando por la cara. Pero
claro, no puedo evitarlo, ella misma reconoce que el brillo que tengo en los
ojos cuando hablo de él no es normal. Se nota que estoy enamorada, que le
quiero con toda mi alma. Y es que al fin siento que he encontrado a la persona
con la que puedo ser feliz.
Y cada vez que pienso en él, en
su amplia espalda y en sus fuertes brazos… aix, siempre se me escapa un
suspiro. Esos brazos que me cogen y me elevan sin esfuerzo, que me abrazan y
recomponen todos mis trozos rotos. Esas palabras que sabe decir en cada momento
oportuno. Esa manera de ser amable conmigo y tratarme con amor. Esa manera de
protegerme. Esos ojos que me miran con amor. Esos ojos con los que me come con
la mirada, esa mirada que me dedica sólo a mi. Ese pelo que tanto le
caracteriza…
“¡Lidia!”
Me giro y veo a Berta sentada en
un banco haciéndome señas.
“Tía, estás empanada, llevo una hora llamándote”
Tiene razón, cuando pienso en
Carlos pierdo el mundo de vista. Pero hoy estoy tan feliz que me siento como en
una nube. Tengo ganas de reír, de saltar y de contagiar esta felicidad a todo
el que me rodea.
martes, 2 de mayo de 2017
OTROS: OfeliaFlowers
Hace tiempo, en un lugar lejano, en medio de un
pueblo de montaña, existió una gata llamada Ofelia. Una gata enamorada del
verde de su jardín y de los toques de color que le aportaban sus flores. Sus
días transcurrían felizmente paseando entre todas sus plantas, subiendo y
bajando de sus árboles y oliendo todas las flores de ese jardín.
Todas las tardes, cuando el sol se escondía y
llegaba el frío de la noche, ella se escondía en su casa, robándole los ovillos
de lana a su ama, que tranquilamente tejía junto al televisor.
Un día, mientras jugaba con Timmy en el jardín,
un Herrerillo Común de plumaje azul y amarillo, éste le comentó lo bonitas que
estaban las rosas esa primavera, y con esa frase que su amigo le comentó, fue
cuando Ofelia pensó que había llegado el momento de compartir su amor y pasión con
todos los de su alrededor.
Y poco a poco su pequeña idea se convirtió en lo
que hoy os presento como OfeliaFlowers.
Os recomiendo visitar su página de Facebook (aquí). No es una
empresa, no es un gran proyecto, sólo es alguien que quiere compartir con
nosotros una pequeña parte de lo que a ella le gusta. Aquí os dejo algunas
fotos:
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